Various-Santiago 86

Santiago 86: evento deportivo que marco la ciudad



Celebremos la llegada / de los países hermanos / que cumplirán su jornada/en los Centroamericanos.
Cada atleta de Quisqueya /los quiere felicitar /y darle en la patria bella/un abrazo fraternal.
El Cibao es anfitrión / de los Centroamericanos / de los Centroamericanos y del Caribe.
Primeras estrofas del merengue de los XV Juegos. Letra: Jaime Shanlatte. Música: Manuel Tejada
El pasado 5 de julio se cumplieron veinte años de la clausura de los XV Juegos Centroamericanos y del Caribe “Santiago 86”, que tuvieron como sede a nuestra ciudad y que trazaron sin dudas, como dijera en su discurso de cierre el entonces Presidente de la República, Dr. Salvador Jorge Blanco, “una línea divisoria en el ascenso del deporte nacional”.

Chaguito, mascota oficial de Santiago '86
Santiago acogió a más de 4,200 atletas representantes de 27 países del hemisferio americano a partir del 24 de junio de 1986, cuando se inauguró la justa con una impresionante ceremonia en el Estadio Olímpico del complejo deportivo construido en La Barranquita, que culminó con el encendido del Fuego Centroamericano y del Caribe por los ex atletas Salvador Rivas (Chapú) y Gladys Peña y la presentación del espectáculo “De un país…una historia”, producido y dirigido por Guillermo Cordero.
Durante doce días, deportistas de las Antillas Neerlandesas, Antigua, Bahamas, Barbados, Belice, Colombia, Costa Rica, Cuba, El Salvador, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Islas Caimán, Islas Vírgenes Británicas, Islas Vírgenes Norteamericanas, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Puerto Rico, Surinam, Trinidad y Tobago, Venezuela y República Dominicana, compitieron en arquería, atletismo, baloncesto, béisbol, boxeo, ciclismo, ecuestre, fútbol, gimnasia, judo, levantamiento de pesas, lucha, clavado, nado, polo, nado sincronizado, softbol, tenis, tenis de mesa, tiro, voleibol y yatismo.

Sellos postales conmemorativos
Los atletas fueron alojados en la Villa Deportiva Centroamericana – hoy simplemente “La Villa” – y los eventos deportivos tuvieron como sede el Complejo Deportivo de La Barranquita, construido a un costo de 20 millones de pesos. La Vega, Puerto Plata, Moca y San Francisco de Macorís, fueron ciudades subsedes.
Las imágenes recuerdan aquel evento, sin par en la historia de Santiago.

Para recordar
Chaguito, un burrito que portaba una antorcha, fue la mascota de los juegos. Una marchanta, llevando en su batea los aros olímpicos, fue el emblema oficial. Las boletas para presenciar las eliminatorias y finales de las diferentes disciplinas costaron entre uno y cinco pesos.

Boleto de entrada
La antorcha – llamada la Antorcha de la Paz – fue encedida en México el 28 de mayo de 1986 y recorrió Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Colombia, Venezuela y Puerto Rico. Llegó al país el 19 de junio y luego de recorrer el territorio nacional fue recibida en Santiago el 23 de junio en el Monumento. El presidente Jorge Blanco la recibió del campeón panamericano de lucha olímpica Francisco Lora (Pitit).La Habana fue la sede los XIV Juegos en 1982. Santiago fue seleccionada como anfitriona para la siguiente versión por la Organización Deportiva Centroamericana y del Caribe (ODECABE).
Desde 1983 y hasta 1986, República Dominicana invirtió para su desarrollo RD$42,608,600.00.
Era la segunda vez que el país era sede de unos Juegos Centroamericanos y del Caribe: en 1974, en Santo Domingo, se celebró la versión número XII. Mario Alvarez fue el abanderado de la delegación dominicana. Su escogencia por el Comité Olímpico Dominicano estuvo basada en el mérito de ser el Atleta del Año 1985 y medallista de oro en los XIV Juegos Centroamericanos y del Caribe La Habana 1982.
La ceremonia inaugural de los XV Juegos fue diferente a las tradicionales presentadas en Juegos Centroamericanos y del Caribe, ya que no se incluyó la barra humana como elemento básico.De los 500 lechones que participaron en el espectáculo inaugural sólo una muchacha – Rossina – fue la única mujer. Los negros esclavos fueron representados por soldados del Ejército Nacional destacados en la fortaleza General Fernando Valerio, ya que nadie quiso asumir sus roles.
El vestuario de los 2,000 participantes en el espectáculo inaugural fue obra de Yolanda Grullón de Morel, quien estuvo auxiliada por un equipo de once personas. En 90 días, trabajaron 11,600 yardas de tela. Sólo para la indumentaria de los lechones se utilizaron 25 mil pitos, 20 mil cascabeles, 25 mil espejitos, 40,800 yardas de arandelas y un millón 330 mil chambritas.